Ganar, no importa cómo. En las elecciones para gobernador en
Baja California parece que esa frase era el mantra de los candidatos de las dos
principales fuerzas políticas. Desde una campaña electoral sucia, de las más
sucias que tengo memoria, hasta una jornada electoral con quema de urnas, que
nunca había visto. ¡Que pinche vergüenza!
Una cadena de periódicos que una día sí y otro también enaltecía
al candidato del PRI, como en los mejores tiempos del priismo setentero y marrullero,
con primeras planas llenas de notas insulsas. ¡Que pinche vergüenza!
Ambos partidos haciendo declaraciones estúpidas y tendenciosas,
pretendiendo minimizar el trabajo de las fuerzas de seguridad pública
argumentando un acoso de estas hacia la población, que lo único que lograron
fue una “respetuosa distancia”, permitiendo que cobardes atentaran contra los
electores quemando urnas en el patio de una escuela. ¡Que pinche vergüenza!
Declarándose ganadores a unos segundos pasadas las seis de
la tarde, con carro completo, cuando prácticamente ninguna casilla había contado
los votos, confiando en sus inoperantes encuestas de salida. ¡Que pinche vergüenza!
Un presidente municipal haciendo declaraciones como si fuera
el operador político de la elección, preocupado únicamente por su partido, valiéndole
madre la ciudadanía. ¡Que pinche vergüenza!
Llamadas y mensajes a celulares y teléfonos particulares de
todos los partidos para tirarle mierda al contrario, aun después que se
terminaron oficialmente las campañas. ¡Que pinche vergüenza!
Que solamente votara menos del 40% de los electores, cuando
nos la damos de ser un estado progresista, moderno y democrático. ¡Que pinche vergüenza!
Y lo peor, que no tenga más argumentos para desfogar la
rabia, el coraje y la frustración que, como ciudadano de este hermoso estado,
me da al haber permitido que nos pasara todo lo anterior en estas elecciones y
tenga que usar estas palabras ofensivas. ¡Que pinche vergüenza!
Saludos
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