La vida es un viaje lleno de altibajos,
con luces brillantes y sombras oscuras,
es un mar revuelto que nos hace naufragar,
y una brisa suave que nos acaricia la piel.
La decepción es un compañero inseparable,
que nos muestra el lado más duro de la vida,
es un espejo roto que nos devuelve una imagen distorsionada,
y una voz crítica que nos juzga sin piedad.
Pero la vida también es una oportunidad,
para aprender de cada caída y levantarnos más fuertes,
para encontrar la belleza en cada rincón del mundo,
y para amar y ser amados en cada momento.
La decepción no es el final del camino,
sino un trampolín hacia la sabiduría y la fortaleza,
una llave que abre las puertas del autoconocimiento,
y una chispa que enciende la llama de la esperanza.
Así que sigamos adelante, con el corazón en alto,
con la mirada puesta en el horizonte,
y con la certeza de que la vida es un regalo,
que merece ser vivido con pasión y coraje.
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