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3 de noviembre de 2020

Marco Bragadino en Palacio Nacional

 Robert Greene, en su libro “Las 48 leyes del poder”, escribe la historia de Marco Bragadino para ilustrar la ley 32, “Juegue con las fantasías de la gente” y explica como es mejor usar la fantasía que la realidad para tener poder y fortuna. La historia de Bragadino explica como una persona puede engañar al pueblo mediante las falsas promesas de riqueza fácil y rápida para salir de sus problemas actuales. Durante varios meses, Bragadino prometió convertir metales comunes en oro para aliviar las penurias económicas de la republica de Venecia. Cansados de esperar por los resultados, el pueblo de Venecia obligó a Bragadino a huir de Venecia culpando a los venecianos por su falta de paciencia para obtener los beneficios. Quiso aquel repetir la farsa en Bavaria, pero el Duque fue menos paciente y lo mando decapitar por farsante. Tuvieron que darle tres golpes para cortarle la cabeza.

El presidente López Obrador se pasó 18 años queriéndonos vender “el oro de la piedra filosofal” que decía tener. Tenia todas las respuestas a todos los problemas de la vida nacional, los cuales tenían un origen común, según él: El supuesto “fraude” del que fue objeto en 2006. En otras palabras, los males del país eran la consecuencia de que él no llegó a la presidencia en ese año. La cúspide de sus fantasías fue proclamarse “presidente legítimo” y muchos le compraron la farsa porque la realidad les era demasiado dolorosa.

En 2018, 30 millones de votantes le compraron la fantasía y por fin llegó al poder. Sin embargo, en contra de las esperanzas de sus votantes, no ha realizado la conversión deseada y por la cual fue electo. Al contrario, en lugar de dedicarse a gobernar por el bienestar y un combate real contra la corrupción, se ha dedicado a acumular poder político, a tal grado de absorber, de facto, el poder del congreso y, desafortunadamente, de los órganos de justicia más elevados del país. Sale todas las mañanas a “vender” sus fantasías. A seguir engañando con la esperanza y culpando a todos los demás por la falta de resultados. Todo es culpa de la falta de fe en el alquimista.

Afortunadamente, una parte de la población ya despertó y se quitó el velo de la mentira de los ojos. Una parte de los votantes que lo eligieron en 2018 ya se dieron cuenta que darle tanto poder a un prestidigitador fue contraproducente. Ya se dieron cuenta que aquel que acumula tanto poder para, supuestamente, combatir la corrupción, lo único que hace es incrementarla y ocultarla. Una gran parte de México esta dejando de ser Venecia y se está transformando en Bavaria.

El populismo necesitara tres golpes para irse. El primero ya se lo asestaron en las elecciones del 18 de octubre de 2020 en Hidalgo y Coahuila. El segundo debemos propinarlo en las elecciones del 6 de junio de 2021. El tercero en las elecciones presidenciales del 2024. Afrontemos nuestra realidad por más dolorosa que esta sea, pues es la única forma de identificar soluciones reales para mejorar las condiciones de millones de mexicanas y mexicanos y transformarnos en la patria grande y generosa que estamos destinados a ser.

20 de octubre de 2020

La elección de diputados en el 2021

Las elecciones intermedias en la mayoría de los sexenios han sido, por decir lo menor, intrascendentes e insípidas. Muchos políticos rechazan estas candidaturas para dedicarse a trabajar por otras, aparentemente, con mayor relevancia, ya sea en sus estados o en las diversas entidades del gobierno. Otros, las ven como un trampolín para seguir en el presupuesto y aprovechar sus estructuras electorales, sin dar mucha relevancia al importantísimo trabajo que debe realizar una diputada o diputado federal.

En las elecciones de diputados del 2021 se juega, mucho más allá de la conformación de la cámara, el futuro político y democrático de México. El presidente López seguirá impulsando su agenda populista y antidemocrática, copiando los modelos cubano y venezolano, y será hasta después de la elección y conformación de los diputados que asestará el golpe mortal a la democracia: Modificar la constitución para que se le permita la reelección.

¿Por qué no hacerlo hoy, que tiene una mayoría clara en la cámara de diputados? La respuesta es fácil, las elecciones del próximo año. Si presenta hoy la iniciativa, es altamente probable que pierda la cámara en las próximas elecciones y con ello se de reversa a las modificaciones que realice la actual. ¿Pero no podríamos hacer lo mismo en las elecciones del 2024 y revertir las reformas? No, porque el actuar del régimen actual es destruir a las instituciones que garantizan la democracia, y el siguiente paso seria desmantelar al INE y al Tribunal de Justicia Electoral, aunque en eso ya lleva camino andado.

Es por eso por lo que debemos trabajar en identificar candidatas y candidatos con un compromiso irrestricto con la democracia y que vean el bien mayor que representa para todos las mexicanas y mexicanos. No debemos de permitir que un aprendiz de dictador y acaparador de poder dicte el destino de esta gran nación y mucho menos que destruya nuestra economía y nuestra democracia. Las formas de coaptar otros poderes, ya sea mediante la dadiva o el chantaje, le han funcionado de maravilla. La última línea de defensa que nos queda es la elección de diputados honestos y libres en 2021.

El 6 de junio de 2021 sabremos si salimos a votar para defender nuestra democracia, o empezamos a lamer la yunta que nos cayó (y nos calló) del cielo.

6 de julio de 2020

Recuperar las instituciones que AMLO mando al diablo.

En un discurso en 2006, después de conocer el fallo del Tribunal Electoral que ratificaba la victoria de Felipe Calderón Hinojosa como presidente de México, el entonces candidato López Obrador remató y profetizó: “Al diablo con sus instituciones”. Hoy, 14 años después y siendo presidente de la república, se ha dedicado a llevar a la realidad aquella amenaza, llevando al diablo, una a una, las instituciones que tanto trabajo le costaron al país tener.

Día con día presenciamos como, desde el gobierno, se desmantela el orden constitucional y el funcionamiento de las instituciones. Vemos como las dejan sin presupuesto, sin líderes independientes, sin personal capacitado, sin insumos, sin computadoras y hasta sin papel higiénico. El presidente López esta empeñado en destruir aquello que sus antecesores dejaron, sin importarle el futuro de los mexicanos. Él le llama “austeridad republicana” al gasto no ejercido, cuando en realidad es dejar sin herramientas a médicos, burócratas y personal de las diferentes entidades de gobierno.

Debemos pasar de la critica a la acción y comenzar a mantener las instituciones que aún resisten al embate del poder de la 4T, como es el caso del INE. El INE ha sido y deberá seguir siendo el bastión de la democracia en México y debemos defenderlo a capa y espada. La organización de las elecciones no debe recaer en el gobierno federal nunca más.

Debemos recuperar la posibilidad de asignar recursos suficientes a las entidades de gobierno para que puedan servir a los fines por los que fueron creadas. No es posible aceptar de brazos cruzados que les eliminaren hasta el 75% de sus presupuestos para gasto operativo y que esos “ahorros” vaya a parar a una partida secreta manejada a discreción del presidente.

Debemos recuperar la capacidad de asombro ante el cumulo de malas decisiones y pésimas actuaciones de los funcionarios que solo tienen el 10% de capacidad y el 90% de adulación al presidente. Están desmantelando al gobierno de la república desde dentro y lo dejaran en ruinas.

El presidente López está cumpliendo su amenaza de mandar al diablo a las instituciones y con ello, desafortunadamente, también está mandando al diablo el futuro de miles de mexicanas y mexicanos.


29 de junio de 2020

El presidente eligió bando

El atentado en contra del Secretario de Seguridad Pública del Gobierno de la Ciudad de México el pasado viernes puso de manifiesto, una vez más, el poderío de los carteles delincuenciales. Se le atribuyó de inmediato al Cartel Jalisco Nueva Generación y se logro la captura de muchos de los implicados en el hecho delictivo, que costo la vida de dos elementos de escolta y de una ciudadana. La violencia generada en México tiene su raíz en la guerra por territorios entre los grupos delincuenciales, no es una violencia generada por su combate por las fuerzas del orden mexicanas.

Los gobiernos de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto se caracterizaron por combatir a todos los grupos por igual. En algunos casos, los resultados causaron más impacto en algunos grupos que en otros, pero el combate era en todos los frentes. El vox populi, siempre cargado del usual sospechosísimo mexicano, era de que uno y otro estaban en contubernio con tal o cual cartel, sin pruebas contundentes.

En el actual gobierno del presidente López, ese sospechosísimo sí tiene pruebas contundentes de la preferencia hacia uno de esos grupos delincuenciales: El saludo de mano entre el presidente y la madre de Joaquín Guzmán Loera y la liberación del hijo de este cuando ya había sido capturado en Culiacán.

Esto es gravísimo por varios frentes. El primero, la capitulación del Estado ante ese grupo para evitar que sigan con sus actividades delictivas. El segundo, porque los otros grupos pueden interpretar esas deferencias como un mensaje de alianza para proteger los intereses del Chapo. El tercero, al volverse aliado del Cartel de Sinaloa el presidente puede ser considerado enemigo de los demás. Y cuarto, porque el presidente insiste en que no hay guerra y que no va a caer en provocaciones por el atentado en la Ciudad de México.

Ente esto, es imperativo que la seguridad del presidente López sea reforzada y que asuma su rol como Jefe del Estado Mexicano y deje su protagonismo de candidato en campaña. También es muy importante que deje de poner en riesgo a las ciudadanas y ciudadanos que tienen que tomar los mismos vuelos que él y use los medios de transporte que corresponden a una investidura presidencial.

El presidente eligió bando y eso es peligrosísimo para él, para la figura presidencial, para la democracia y para el país.


22 de junio de 2020

Cúmplase la ley en los bueyes de mi compadre

En noviembre de 2014, un equipo de investigación periodística encabezado por Carmen Aristegui sacó a la luz la compra de una casa valuada en 7 millones de dólares por parte de la primera dama Angélica Rivera. En ese entonces, muchos de los personajes que actualmente están en el gobierno celebraron, extinguieron y usaron como botín político un posible conflicto de intereses y cuestionaron la capacidad económica de una actriz para comprar semejante propiedad. Llamaron, incluso, a que todo el gabinete revelara sus bienes y los hicieran públicos. Culpaban a los funcionarios del gobierno de corruptos por tener bienes materiales.

Desde que inicio el gobierno del presidente López, se han suscitado escandalo tras escandalo inmobiliario, empezando por Manuel Bartlett hasta el más reciente con Eréndira Sandoval, el primero con 23 propiedades y la segunda con, al menos, 6. El signo de los escándalos en este gobierno parece ser el inmobiliario. Cosechan lo que sembraron y con creces. Ellos sembraron la idea de que tener propiedades es sinónimo de corrupción, aunque las adquieras legal y justificadamente, así como tus ingresos te permitan realizar dichas transacciones económicas.

En el caso de la secretaria de la Función Pública es mucho más grave la situación, pues el monto de los bienes no se puede justificar con el ingreso que ella y su marido percibían al momento de adquirirlos. Además, haber sido beneficiada con la donación de un terreno por parte del gobierno de la Ciudad de México no tiene justificación y si mucha sospecha de pago de cuentas. El trabajo que realiza esta secretaría es de vital importancia para combatir a la corrupción, lo que se complica si su titular esta bajo la sospecha de ser parte del problema.

Lo que más pena ajena da, es que aquellos que se rasgaban las vestiduras en 2014 exigiendo transparencia en los bienes de los funcionarios públicos y combate a la corrupción, son hoy los primeros en salir a defender a quien tiene el mandato de investigar posibles actos de corrupción. Planteo dos escenarios: Salieron a defenderla para tenerla de aliada y evitar futuras investigaciones hacia ellos o ella los amagó con investigarlos si no salían públicamente a defenderla. En cualquiera de los dos casos tenemos serios problemas.

Prosperar honestamente, adquirir bienes y salir adelante con las oportunidades honestas que la vida nos presente es causa de orgullo, no de corrupción ni de escarnio. Este gobierno quiere que el pueblo sea pobre para tenernos controlados con sus becas y ayudas, y no que seamos prósperos y libres. Sin empresarios ni emprendedores no hay empleos ni pago de contribuciones, por lo que el dinero que hoy derrochan se acabará en la misma proporción que sigan con sus errores y cantaletas falsas de que ser pobre es bueno y tener bienes es por ser corrupto.

Ya es hora de que se cumpla la ley en todos los bueyes, no solo en los del compadre.


19 de junio de 2020

Organización, humildad y trabajo constante.

México está a punto de entrar al periodo electoral 2021, donde tendremos elecciones para cientos de puestos de elección entre ellos gobernaturas, alcaldías, diputados locales y, los más importantes, diputados federales. Y digo que son los más importantes porque el actual gobierno tiene mayoría en las dos cámaras que integran al Congreso de la Unión y son una aplanadora como en los peores momentos del viejo PRI.

Como ciudadano, estoy convencido que el modelo que pretende impulsar el presidente López y su partido no es el camino adecuado para México. Es regresar a las peores practicas del pasado, pero con la gravedad de usar las peores practicas del presente, tratando de imponer una visión de gobierno que ha demostrado ser un fracaso en los países que aun sufren su implementación. Países otrora ricos, democráticos y con perspectivas de mucho crecimiento y desarrollo, hoy son la paria del mundo y sus gobiernos bufones pretendiendo ser reyes.

También estoy convencido que este régimen a ofendido a millones de mexicanas y mexicanos que no compartimos sus ideas y que día tras día han recibido golpes, mofas, denostaciones y escarnio público en un afán de socavar su dignidad y buen nombre. Lo que ha conseguido este gobierno, es que, como hace mucho no se veía, se esté pensando en opciones no contempladas en la constitución para el cambio de poderes, lo que es gravísimo y de serias consecuencias. Si caemos en esa tentación estaremos condenando al país a una crisis económica y social como en los tiempos de la revolución mexicana. La vía constitucional es la única que nos permitirá cambiar y encaminarnos a una recuperación pronta de la actual situación.

Es tiempo de que los ciudadanos honestos, éticos y comprometidos con las mejores causas de este país participemos activamente en la política. Hay que cambiar a los políticos ególatras y soberbios por ciudadanos honestos, humildes y responsables. Es fundamental que nos organicemos desde ahora para trabajar humildemente por reconquistar el poder y ponerlo a trabajar constantemente por el bien común. Desde el poder no se debe descalificar ni humillar ni menospreciar a los opositores. Desde el poder se debe trabajar por la unidad del país, por escuchar las voces que transmiten otras ideas y por el bien común.

12 de febrero de 2015

Cambio de rumbo para México.

Todo gira alrededor del dinero. Triste, pero es una realidad que debemos considerar como válida para mejorar las formas de gobierno actuales. Durante la era comunista de la ex Unión Soviética, quedo demostrado que la raza humana no está creada para esa forma de organización económica. Las dictaduras, aún las del proletariado, demostraron que son imperfectas y que, al final de cuentas, un grupo reducido de personas obtienen beneficios fuera del alcance de la mayoría de los habitantes.
En mi opinión, el régimen comunista fracaso porque atentó contra uno de los derechos humanos indispensables: la libertad. Este derecho humano ejercido de diferentes formas tales como la libertad de pensamiento, de reunión, de movimiento, de profesión y un largo etcétera, es la base fundamental para una sociedad sana, con bienestar y con altos estándares éticos.
En una sociedad libre, hay un grupo de personas que quieren participar activamente en la política y las decisiones de gobierno y administración de los bienes públicos. También hay una gran mayoría que no quiere participar, a tal grado que ni siquiera ejerce su derecho a votar. A menor proporción de población interesada en participar en los asuntos públicos, mayor es la probabilidad de corrupción y malversación de fondos del grupo que sí participa.
Este escenario es el que está viviendo México en estos días. La apatía de la mayoría de la población, la aceptación tácita de que todos nuestros funcionarios públicos son corruptos, rateros, faltos de ética y sin escrúpulos, la lenta y constante cancelación de libertades económicas que el Estado ha ido promoviendo y la falta de objetivos claros para el país nos están hundiendo en la más profunda crisis que como país podemos enfrentar.
¿Cuáles deberían ser los objetivos de país que México debería enfocarse en lograr?
En los últimos años he pensado que los principales compromisos de un gobierno deberían ser garantizar la libertad, la salud, la seguridad, la educación y la justicia a su pueblo. En México hemos perdido el rumbo, nuestra clase política lo sabe, los abusadores de las circunstancias lo saben, los corruptos y ladrones lo saben, el pueblo lo sabe pero tiene miedo de hacer cambiar las cosas.
Las personas en el gobierno son reflejo de la sociedad que los vota. En una democracia a la mexicana, los partidos políticos eligen a los candidatos, el pueblo solamente los vota. Hay un pacto tácito entre partidos políticos para cubrirse las espaldas, pues todos, al final del día, son lo mismo y funcionan de manera similar. Se cegaron con las oportunidades y el dinero y encontraron formas rápidas de hacerse de lo ajeno. Sin pudor, sin vergüenza y sin remordimiento.
Fue un error dejar que llegaran a esos niveles y sigue siendo un error dejarlos actuar sin exigirles cuentas o mejores condiciones para el resto de nosotros. Es hora de exigirles que se vayan y dejen paso a gente honesta y comprometida con la población. Es hora de que los mexicanos cambiemos de mentalidad y recobremos lo que nos arrebataron.