Queridas amigas y amigos:
Hoy me dirijo a ustedes con preocupación. Como ciudadanos
responsables, debemos ser críticos y objetivos en el análisis de las propuestas
de nuestros líderes. En esta ocasión, quiero expresar mi preocupación sobre el
llamado "Plan B" propuesto por el actual gobierno en materia de
reforma electoral.
Este plan ha sido presentado como una solución alternativa
para resolver el problema de la falta de acuerdo entre las diferentes fuerzas
políticas en la discusión de la reforma electoral. Sin embargo, al analizar los
detalles, encontramos que este plan no solo no aborda los problemas
fundamentales de nuestro sistema electoral, sino que además representa un
riesgo para la democracia y el estado de derecho.
El plan propone la eliminación del Instituto Nacional Electoral
(INE) y la creación de una nueva entidad a cargo de la organización de
elecciones, con una estructura y funcionamiento que estaría en manos del poder
ejecutivo. Esta propuesta es extremadamente preocupante, ya que desequilibra el
balance de poderes y debilita los mecanismos de control y supervisión que son
fundamentales para garantizar elecciones justas y transparentes.
Además, este plan busca debilitar la autonomía de los
organismos electorales locales, que son fundamentales para garantizar elecciones
libres de influencias políticas y de corrupción. La idea de que un solo
organismo esté a cargo de todas las elecciones en el país es peligrosa y
contraproducente, y puede llevar a una mayor polarización y conflictividad
política.
No podemos permitir que se erosionen las instituciones que
han sido construidas a lo largo de décadas para fortalecer la democracia en
nuestro país. Debemos ser críticos y exigentes con nuestros líderes, y no
permitir que se manipule la opinión pública con discursos que aparentan
solucionar los problemas de fondo, pero que en realidad son una amenaza para la
democracia.