En mi opinión, el régimen comunista fracaso porque atentó contra uno de los derechos humanos indispensables: la libertad. Este derecho humano ejercido de diferentes formas tales como la libertad de pensamiento, de reunión, de movimiento, de profesión y un largo etcétera, es la base fundamental para una sociedad sana, con bienestar y con altos estándares éticos.
En una sociedad libre, hay un grupo de personas que quieren participar activamente en la política y las decisiones de gobierno y administración de los bienes públicos. También hay una gran mayoría que no quiere participar, a tal grado que ni siquiera ejerce su derecho a votar. A menor proporción de población interesada en participar en los asuntos públicos, mayor es la probabilidad de corrupción y malversación de fondos del grupo que sí participa.
Este escenario es el que está viviendo México en estos días. La apatía de la mayoría de la población, la aceptación tácita de que todos nuestros funcionarios públicos son corruptos, rateros, faltos de ética y sin escrúpulos, la lenta y constante cancelación de libertades económicas que el Estado ha ido promoviendo y la falta de objetivos claros para el país nos están hundiendo en la más profunda crisis que como país podemos enfrentar.
¿Cuáles deberían ser los objetivos de país que México debería enfocarse en lograr?
En los últimos años he pensado que los principales compromisos de un gobierno deberían ser garantizar la libertad, la salud, la seguridad, la educación y la justicia a su pueblo. En México hemos perdido el rumbo, nuestra clase política lo sabe, los abusadores de las circunstancias lo saben, los corruptos y ladrones lo saben, el pueblo lo sabe pero tiene miedo de hacer cambiar las cosas.
Las personas en el gobierno son reflejo de la sociedad que los vota. En una democracia a la mexicana, los partidos políticos eligen a los candidatos, el pueblo solamente los vota. Hay un pacto tácito entre partidos políticos para cubrirse las espaldas, pues todos, al final del día, son lo mismo y funcionan de manera similar. Se cegaron con las oportunidades y el dinero y encontraron formas rápidas de hacerse de lo ajeno. Sin pudor, sin vergüenza y sin remordimiento.
Fue un error dejar que llegaran a esos niveles y sigue siendo un error dejarlos actuar sin exigirles cuentas o mejores condiciones para el resto de nosotros. Es hora de exigirles que se vayan y dejen paso a gente honesta y comprometida con la población. Es hora de que los mexicanos cambiemos de mentalidad y recobremos lo que nos arrebataron.